Recursos Arqueológicos - ayto-coana
Recursos Arqueológicos
El Castro de Coaña (Villacondide, Coaña)
Los castros fueron aldeas fortificadas que concentraron la población de estas comarcas durante los siglos anteriores a su conquista por Roma (29-19 a.C.). Bajo dominio imperial mantuvieron una ocupación importante como consecuencia del interés imperial por las minas de oro tan abundantes en las montañas de la Asturias occidental.
El Castelón de Coaña es el más popular de cuantos castros se conocen en Asturias gracias a lo temprano de su descubrimiento y a la gran superficie excavada a lo largo de casi doscientos años de intervenciones arqueológicas. Al igual que buena parte de los castros de la región, éste era conocido desde antiguo. Las referencias literarias con alusión a las ruinas y a su posible origen se remontan a comienzos del siglo XIX. Desde entonces ha sido objeto de intervenciones esporádicas que, con mayor o menor fortuna, han contribuido a modelar su aspecto actual y convertirlo en el paradigma iconográfico del poblado fortificado de la Edad del Hierro.
Las primeras excavaciones documentadas con cierto rigor fueron las de José María Flórez en 1877, de cuya obra se deduce la intervención en una veintena larga de construcciones y el reconocimiento superficial de algunas otras. Ya en este siglo la investigación es retomada por Antonio García y Bellido y Juan Uría que prolongan su actividad en Coaña entre los años 1940 y 1944. En 1959 es Francisco Jordá quien inicia nuevas exploraciones que se prolongarán hasta 1961 cuando el yacimiento adquiere un aspecto muy similar al que presenta en la actualidad. En las dos últimas décadas, el Principado de Asturias ha patrocinado diversas intervenciones destinadas a mejorar el conocimiento y calidad de la visita al yacimiento.
Desde 1993 el castro cuenta con un Aula Didáctica en la que se muestra la evolución de la cultura castreña desde su origen hasta el contacto con el mundo romano, cuando la explotación del oro tomará un papel decisivo en la historia de estos poblados.
El castro fue construido sobre una pequeña colina y delimitado por una gruesa muralla a la que precede en todo su perímetro un foso excavado en la roca y hoy oculto bajo la ruina de los antiguos muros. Hasta tiempos recientes se consideró que la fundación del poblado se había producido durante el siglo I d.C., ya bajo dominio romano, precisamente con la intención de albergar a individuos vinculados con la explotación del oro. Sin embargo, las excavaciones más recientes han demostrado que su creación es mucho más antigua, remontándose, cuando menos, al siglo IV a.C., es decir unos 400 años antes de su conquista por parte de Roma.
En la actualidad pueden visitarse más de ochenta construcciones totalmente excavadas que proporcionan una imagen muy precisa de la organización urbanística de los poblados castreños y de su evolución hasta época imperial.
El núcleo más singular del poblado es, sin duda, el denominado Recinto Sacro. Se extiende al pie de la Acrópolis en una pequeña terraza que se alza sobre el camino de acceso. Las ruinas corresponden, en realidad, a dos edificios similares que se sucedieron en el tiempo que se caracterizan por la cubierta abovedada de alguna de sus cámaras, cabeceras semicirculares, utilización de hornos, canales excavados en la roca y una enorme tina tallada en granito. Son edificios exclusivos de los castros del noroeste de la Península Ibérica (Portugal, Galicia y Asturias) que fueron interpretados durante mucho tiempo como hornos crematorios. En la actualidad se admite su utilización como saunas de uso ritual cuyo origen se remonta al siglo IV a.C. aunque pervivieron, con modificaciones, hasta el siglo I d.C..
Otros puntos de interés son las murallas y cuerpos de guardia que flanquean la entrada al poblado, diversos grupos de cabañas de planta circular, oblonga y rectangular algunas de la cuales conservan bancos corridos y mobiliario doméstico como los molinos circulares y las piedras con cazoletas, utilizadas como morteros y que son características de los castros del valle del Navia.
Texto cedido por D. Ángel Villa
Director del Plan Arqueológico de la Cuenca del Navia.
A partir del 1 de Abril de 2010, se hace efectiva la siguiene TARIFA DE PRECIOS de ENTRADA AL CASTRO DE COAÑA:
- General:
- 3 €
- Reducida:
- 1,50 € (niños de 7 a 12 años, peronas mayores de 65 años y miembros de familia numerosas)
- Entrada gratuita:
- MIÉRCOLES
- GRUPOS:
- Consultar condiciones de visita en el Tel. 985 97 84 01
Lunes y Martes (Cerrado, todo el año)
HORARIOS:
- Temporada baja (invierno) del 1 de Octubre de 2010 al 31 de Marzo de 2011. De miércoles a domingo, de 10:30 a 15:30h. Lunes y martes cerrado.
- Temporada Alta, del 01 de Abril al 30 de Septiembre de 2011, de miércoles a domingo, de 10:30 a 17.30 h. Último pase recomendado a las 17.00 h. Lunes y martes cerrado.
Castro de Mohías
Este poblado se extiende sobre una meseta en la que se han exhumado unas veinte cabañas. Se encuentra protegido por tres fosos excavados en la roca y una muralla, casi perdida, estuvo ocupado en los siglos I y II d.c.. Este poblado aún sin terminar de excavar está declarado Patrimonio Histórico Artístico.
Estela Discoidea
Se trata de un bloque de granito de una sola pieza. Está asociada al mundo de los castros, siendo uno de los elementos primordiales del concejo. Posee varios signos borrosos distribuidos en líneas sobre el gran disco de la pieza. Fue cristianizada con el nombre de Piedra de Nuestra Señora y está declarada Monumento Nacional.